sábado, 4 de agosto de 2012


Un cambio de casa era todo un acontecimiento en por aquellos años, ya que implicaba la llegada de una gran catidad de carruajes, las despedidas principalmente de las criadas, dos de ellas habían nacido en esta localidad, y por primera vez irían a Londres, por lo que el ajetreo comenzó antes del amanecer. Al despertarse Sofhie ese día pudo sentir que los primeros carruajes ya se marchaban, sin duda el equipaje y algunas de las criadas se fueron primero, pues debían llegar a acondicionar la nueva vivienda, aun no podía pensar en ese lugar como su nuevo hogas, extrañaría tanto la casa de su hermana, el campo, las flores, los arboles, el olor a tierra mojada cuando llovía. Una lagrima se asomo en sus ojos, todo sería diferente ahora, su hermana asomo la cabeza, le dedicó una sonrisa melancolica y le informó que su padre habia dejado instrucciones de que se vistieran con sus mejores trajes para el viaje.
Sofhie miró resignada, sobre su cama un traje de terciopelo azul turqueza, sobre el tocador, joyas haciendo juego y la tiara de su madre. La criada llegó con el desayuno y comenzó con el ritual de vestirla, los enaguas el corse, apretado,  el miriñaque, sofhie protesto, era absurdo hacer un viaje con esos alambres puestos, algunos falsos mas, para dar amplitud y finalmente el vestido, respiro profundo una vez mas, un ultimo apretón al traje y se dirigió donde su hermana, quien finalizaba el mismo proceso.
A ellas les gustaba peinarse mutuamente, por lo que comenzaron a trabajar; cerca de las 9 ya no podían retrar mas el viaje, y se dispusieron a abordar el carruje.
Antes de subir con el pie puesto sobre la escalinata y sujetando la mano del cochero, dieron una ultima mirada a su hogar, una sonrisa fue su despedida y emprendieron el viaje.
Las dos jovenes se encontravan ya en viaje, llevaban cerca de una hora de silencioso viaje, solo escuchando el trote rítmico de los caballos y las ruedas sobre el camino. Su padre habia decidido q ellas compartieran un mismo coche,  mientras el iba en otro junto a algunos criados.
Juliet veia a sophie retocerse las manos con la vista perdida en la ventana, con el rostros anegado de lagrimas y un aura sumamente triste.
- cariño ¿qué es lo que tienes, te noto tensa desde que salimos de casa? - dijo juliet mientras se acercaba a su hermana
- esto no esta bien , no deveriamos irnos de casa , tengo un mal presentimiento, talvez no sea buena idea.
Juliett suspiro y le dedico una sonrisa de consuelo, de echo ella sentia que algo grande venia en proceso y sin duda su padre tenía planes para ambas, esa idea la venia inquietando desde que su esposo murio.
- todo va a estar bien - dijo sonriendo, tratando de parecer mas segura de lo que se sentía en realidad-  las cosas suceden por algo , sea lo que sea que nos depare el futuro estaremos juntas - es lo minimo que podia decir para no preocuparala mas.
- piensa, tendremos casa nueva , la decoraremos juntas, nuevos vestidos, y haremos nuevos amigo no te parece divertido- agrego para subirle el animo
Justo dio en el clavo

Sophie se echo a reir y abrazo a Juliett
Ambas se animaron ante esa perspectiva optimista, miraron por las ventanas y observaron habían rebaños pastando en las laderas distantes, y los arboles mesian sus ojos, como diciendo adiós, pensó sofhie.
Ella se consideraba afortunada a pesar de haver perdido a su madre tenia a juliet
Las chicas rieron un tiempo mas y sophie suspiro
- ¿por que teniamos que ponernos estos vestidos , son muy elegantes y pesados resultan algo incomodos para viajar?
Juliet se echo a reir al ver la cara de su hermana ciertamente las chicas llevaban vestidos pesados para el viaje inclucive su padre las hizo empolvarse un poco.
Juliett miro a Sofhie y tomando su bolso saco un pequeño frasco con polvos y comenzó a arreglar el maquillaje de su hermana.
Su padre sabia bien lo que hacia y havia un motivo para esto, Juliett finalizo su cometido, tenia que reconocer  que tenia miedo de lo que serian sus futuros
Viajaron varias horas, entre risas, conversaciones triviales y sobre todos recuerdos, hasta que finalmente se durmieron. Sophie sintio que el carruaje se detenia respiro ondo y decidio levantar a julie ciertamente ella necesitava un poco de descanzo, despues de todo la sentia mas tranquila
- julie , julie repetia suavemente
Hasta que una relajada julie empezo a despertar, se escucho la puerta del carruaje se habria fuertemente Juliet se termino de despertar espantada y sophie solto un chillido
Vieron a edmund st clair con un rostro serio
- padre - dijo juliet mientras lo veia asustada
- sucedio algo - termino sophie la oracion
- arreglence llegamos  a Palacio, deben estar listas para que conscan a su majestad y a su corte
- ahora - dijo sophie
Juliet confirmo sus sopechas su intuicion le decia que su padre haria algo asi, pero su corazon se negaba a creerlo.
Sophie aterrada agarro la mano enguantada de su hermana buscando algo de confort
Juliet bajo lentamente del carruaje con ayuda de su padre seguida de sophie ambas chicas hicieron una pequeña reverencia a los de la servidumbre y abanzaron lentamente detras de su padre.
El palacio era imponente, el edificio mas grande que hubieran visto jamás, los estandartes del rey flameaban y elegantes guardias les hacían reverencias al pasar.
Avanzaron siguiendo a un serio caballero que los condujo constante hasta que se detuvieron frente a unas amplias puertas de roble labradas.
Las dos hermanas se dedicaron unas mirada, en sus rostros eran evidentes el miedo y la espectacion, respiraron profundo y se dieron una ultima sonrisa de animo, en sus mente se repetía una y otra vez a gran velocidad el protocolo de conducta que debían tener frente a su Magestad.
Las puertas se abrieron y fueron anunciados, sus corazones latian desbocados.
Lord edmund st clair
Su padre  avanzó decidido y sonriente hizo una gran reverencia
Y tomo posición.
Juliet st clair viuda de lord george vicent, anuncio la voz, y ella atravezo en umbral, alta ergida, altiva, distinguida, como se le habia enseñado. Juliet hiso una pequeña reverencia obcervo el espacioso lugar y bajo su mirada, tal y como lo mandaba el protocolo.
Y la joven sophie st clair termino de presentar el lacayo
Sophie hizo la entrada correspondiente
Sonrio un poco y dejo la mirada al frente al caminar.
La corte estaba compuesta por el Duque de norflok , Charles brandon y Antony knivert los tres hombres eran apuestos, y jóvenes, intercambiaban constantes miradas y sonrisas lacibas al observar a las jóvenes, después de todo siempre era interesante la carne Fresca el cuarto miembro era Cardenal tomas wosley, un hombre de impenetrable mirada y considerablemente mayor y su magestad el Rey Enrique VIII, negar su atractivo era imposible.
las muchachas se ubicaron timidamente al costado del salon,
Sofhie, hizo su reverencia, fue graciosa y delicada y al levantar la vista, se encontro por primera vez con los ojos del Rey.
Él que habia permanecido serio e indeferente hasta el momento, al ver esos vivases ojos chocolates, se endereso en su trono solo un pequeño gesto de interés, pero que de ningun momento paso desapercibido al padre de la joven quien sonriendo ampliamente se dirigio a saludar al cardenal.
- sean bienvenidos a Londres
Exclamo el rey
Las chicas levantaron la miradas lentamentemente
- sra vicent siento su perdida, una sonrisa de agradecimiento, y una nueva reverencia.
Sophie levanto su mirada posandola en el rey, Este observando nuevamente esos vivaces ojos, agrego, seria un honor contar con vuestra presencia en el baile de esta noche.
- siertamente deveriamos de... - dijo con voz algo queda
- aceptamos su majestad para nosotros seria un honor asistir - exclamo edmund interrumpiendo a sophie
- verdad? -
Susurro con algo de fuerza
- si padre contestaron ambas
Sophie se mordio lentamente el labio inferior para tratar de controlar su rabia y verguenza , juliet puso una mano ensima de la de su hermana, ese gesto genero una sonrisa complice en los jóvenes de la corte.
Despues de una corta charla con los precentes edmund se depidio
Seguido de sus hija
Hijas
- la quiero - exclamo el rey, lo sabemos contestaron a coro sus tres amigos.

viernes, 3 de agosto de 2012


The Tudors : Un nuevo comienzo


1536---

La lluvia caía estrepitosamente, la gente se apresuraba en volver a sus hogares, el oficio había terminado, pero dos figuras  permanecían inmóviles, absortas en este terrible clima, sus vistas fijas en un montículo de tierra fresca, sus ojos anegados en lágrimas  que se confundían gota a gota con la lluvia, se derramaban constantes en honor a  la terrible perdida. Hoy daban el último adiós, al esposo de Juliett, al amante, al compañero y sin duda al proveedor porque por mucho que quisieran negarlo, y por más que evitaran pensar en ello, eran dos mujeres solas en un mundo de hombres.
Juliett, se casó en un matrimonio arreglado con el Lord George Vincent, un próspero marino mercante, quien murió en un desafortunado accidente, al caer de su caballo, dejando a una joven viuda y a su cuñada a merced del padre de ambas, quien buscaba desesperadamente subir de posición dentro de la corte del Rey.

Inglaterra, 1530 fue una década convulsionada, de revueltas y cambios políticos, económicos y lo jamás pensado hasta religiosos.
Juliett  la viuda era una mujer de una belleza simple, su aspecto más destacable eran sus rizados cabellos castaños, de piel pálida y labios delgados tenía de un tiempo a esta parte un semblante serio, casi triste, si bien ella poseía una belleza exótica que compartía con su hermana, y unos hermosos ojos ámbar heredados de su padre, no llamaba la mucho la atención, por esa aura seria que poseía. A su lado Sophie, su hermana menor, su amiga, la consolaba, sopesando ya en su mente los cambios que esta muerte representarían para ellas, una mujer de belleza exótica, con su metro 73 de estatura, llamaba la atención de todos por sus ojos vivaces de mirada inteligente, su cabello castaño oscuro enmarcaba un rostro angelical, de piel pálida  en la que se destacaban unos hermosos ojos chocolates.
La Joven Sophie miró a su hermana, quien hacía las veces desde que la verdadera muriera de  fiebre cuando ella tenía 12 años, había sido su hermana la que había abogado para que no se arreglara aun un matrimonio para ella, y se la había llevado a vivir a la campiña, mirando el agua corres por su vestido y sintiendo ya el peso de la misma en las diferentes capas de enaguas que llevaba, movió amorosamente a su hermana, esta la siguió cual muñeca, en una actitud casi derrotada, caminaron en silencio hasta el carruaje y lo abordaron, marcharon en silencio hasta la casa.
Una cómoda casa a las afueras de New Hampshire , que sin ser del todo lujosa  les permitía vivir cómodamente, en ella albergaban a 4 criadas, las cocineras, dos cocheros y el jardinero, desde lejos se podían apreciar la vivienda que se veía imponente desde la colina por la que descendían.
Al llegar, las criadas se apresuraron en ayudarlas a cambiarse, no solo el vestido estaba mojado, también lo estaba el corsé, el falso y hasta las enaguas, se vistieron nuevamente, usando los mismos atavíos, el proceso de cambio de vestuario era una ceremonia larga y sistemática, Sofhie miraba a su hermana en silencio, tras terminar el ritual, les ordeno a las criadas marcharse y se sento junto a su hermana, con mucha paciencia comenzó a peinar sus cabellos, a tratar de alizar esos risos que se elevaban libres y rebeldes tras ser tocados por el agua de lluvia.
Juliet suspiro y llorosa se abrazo a su hermana, Sophie simplemente la dejo llorar en su hombro mientras acariciaba sus cabellos
Ohh pobre juliet se havia casado y enviudado tan joven tenia miendo que el carisma y esa chispa tan caracaterisitca de ella se perdiera
Dos fuertes golpes se escucharon en la puerta. Seguidas de la voz ronca e imponente de su padre
- estan visibles
A la joven sophie se le hiso extraño que su padre quisiera hablar con ellas antes de la cena, sin embargo escucho la voz ronca y apagada por el llanto de juliett
- si padre pasa
Su padre Edmund St Clair entro a la habitación el era un hombre de gran altura con el cabello tan obscuro que parecía negro, con los ojos ámbar, iguales a los de Juliett
- les tengo una noticia – anuncio solemne su padre
Ambas chicas lo miraron esperando que continuara
- para Juliett no es fácil quedarse en el campo ahora que su esposo esta muerto y Sophie aun no ha sido presentada ante la corte y al Rey. Considerando todo esto nos mudaremos a Londres
- presentada ante ellos, en serio crees que sea bueno para Juliett ir a Londres el ambiente allá debe estar algo removido por decir así ante la muerte de la nuestra reina Ana tudor que Dios la tenga en su gloria
Juliett era muy perceptiva casi podía ver la mente de su padre trabajando en algo
- me discutes a mi querida hija - exclamo algo furioso
- por supuesto que no dijo algo temerosa Sophie bajando su mirada- dijo retrocediendo algunos pasos
Juliett se levanto de la cama con un pequeño suspiro y sujetó a Sophie del brazo
- está bien padre estaremos encantadas de ir a Londres
Sophie miro atentamente a su padre el cual simplemente las miró un rato mas y se fue de la recamara
Juliett empezó a contar mentalmente esperando que Sophie abriera la boca
Y sin duda una vez más no se equivocaba
- porque debemos ir a Londres, no es bueno para ti y para que papá quiere presentarme ante el Rey y su corte
Juliett simplemente suspiro, no entendía el por qué de ir a Londres, pero rápidamente comprendió que eso sería algo que descubrirían muy pronto sin más abrazo a su hermana.

Un viaje al pasado

"Lo mejor de los viaje es lo de antes y lo de después." - Maeterlinck, Maurice

Hoy quiero empezar a hacer un recorrido al pasado y poder compartir con ustedes una maravillosa historia.